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viernes, 24 de marzo de 2006

El Porqué de la Iglesia Remanante

Con la muerte de Su Santidad San Pío XII el Cardenal Roncalli (hereje) usurpó la Silla Apostólica y adoptó el nombre de Juan XXIII. Por ser un hereje esa elección fué invalida y a través de su encíclica “Pacem in Terris” enseñó el error, demostrando de esa manera que su elección había sido nula ya que se trataba de un no-católico, un no-cristiano... la convocatoria al Conciábulo Vaticano II confirmó esta realidad que se veía perfilar desde hacía mucho antes: la Iglesia de Roma había sido infiltrada por enemigos que fueron identificados como marxistas y Francmasones y cuyo objetivo era reemplazar al verdadero culto católico por el culto del Nuevo Orden. Ellos habían subido hasta las posiciones más altas de la Iglesia, asegurando que la toma de la Iglesia fuese completa cuando moría el Papa San Pio XII, para que uno de ellos pudiera ponerse en la Silla de Pedro. La profecía de Nuestra Señora en La Salette (1846) se cumplió: "Roma caerá y se convertirá en la Sede de Anticristo."
Los enemigos introdujeron cambios devastadores en la Iglesia. En la enseñanza de la doctrina, se disimularon muchas verdades indiscutibles de la fe o se las negaron, como el misterio de la Santísima Trinidad, la Divinidad de Cristo, la existencia de los ángeles—y, notablemente, la existencia de Satanás y otros espíritus malos, así como la existencia del infierno. El pecado original fue negado, haciendo, por tanto, innecesaria la redención. El concepto del pecado no fue enseñado, o se le redujo a las ofensas sociales en lugar de ofensas contra Dios. Se negó la inmortalidad del alma, asimismo la existencia de Purgatorio, quedando superfluas las oraciones para los difuntos.
Se mantenía que el Bautismo es meramente una señal externa de la incorporación al Pueblo de Dios, en oposición a la enseñanza tradicional que el Bautismo es para la remisión del pecado original. La Confirmación ya no fue considerada importante y se administró con cada vez menos frecuencia. La Confesión desapareció prácticamente, ya que las personas perdieron la conciencia del pecado. La Transubstanciación y la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía fueron puestas en duda o se negaron como meramente simbólico. La Comunión se administró en la mano – un sacrilegio. La lista puede seguir.
La Misa del Nuevo Orden que elimina el concepto de la Misa como Sacrificio reemplazó el gran Sacrificio del Calvario que se renovaba cada día en la Misa Tridentina Latina tradicional. El altar se convirtió en una mesa parecido a los servicios religiosos protestantes, y el sacerdote estaba de pie con su espalda al Sacramento. Muchos no-católicos e incrédulos colaboraron en compilar la Misa del Nuevo Orden, llamada Novus Ordo Missae. Esta Misa había de estar en conformidad con la nueva sociedad que se iba preparando bajo el nombre de NUEVO ORDEN MUNDIAL.
El plan para esta Nueva Sociedad es basado en el concepto de la Hermandad de todo las Religiones Mundiales, para ser representado por el "Papa Nominal" de Roma, Juan Pablo II, y ahora Benedicto XVI, el falso vicario de Cristo. Los pueblos del mundo han de ser encaminados hacia la venida del Anticristo en fases preeliminares empezando con el culto al hombre y el culto a dioses falsos. ¡Ahora podrá entender mejor la razón por acontecimientos públicos como los de Asís!

 En palabras simples, la Sinagoga de Satanás tragó a Roma, y la verdadera Iglesia de Cristo tenía que huir al desierto. El Papa no está en Roma. ¡Pedro está en el exilio!
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