Por
el
Cardenal Martín de la Compasión
con
post
scriptum de SS Alejandro IX
Nota a=
claratoria:
reproducimos el texto original que data de julio del año 2007 y que
escribiera el hermano menor del Papa León XIV de Felix Memoria.=
=
Introducción
Naci&oacut=
e; el
día 21 de marzo del año 1983, en el seno de una humilde famil=
ia
de la Provincia
de Buenos Aires. Su nombre civil es Oscar Michaelli. Fu el hijo mayo=
r de
cuatro hermanos. Sus familiares y amigos siempre se sorprendieron por su
inteligencia y sagacidad, a punto tal que sus maestros insistieron a los pa=
dres
que por su gran inteligencia y a su avidez por la lectura era aconsejable q=
ue
rindiera libre varios años de la escuela. Así fue que pas&oac=
ute;
de quinto a séptimo grado y con diez años ya había
terminado la escuela primaria.
Estudio=
s.
En el a&nt=
ilde;o
1993, Oscar fue recomendado para un programa de estudios en el exterior, y =
con
una beca completó sus estudios en España a la edad de quince
años, tiempo en el que sintió el llamado para servir a Dios. =
Su
familia se opuso: era un genio y ellos querían que él estudia=
ra
en la Univers=
idad.
Sin embargo, Oscar rechazó las ofertas de estudio =
que
le daba España y se inclinó por conseguir una beca en la Universidad
Católica de Leuven, lo que no le costar=
ia
teniendo en cuenta sus antecedentes académicos. Fue allí, en
Bélgica, que Oscar conoció la Verdadera Religi&=
oacute;n
Católica y eso lo llevó a estudiar Literatura en una Universi=
dad
verdaderamente Católica, donde la
Fe no fuera deformada por el modernismo, fue así c=
omo
llegó al “Instituto Católica Superior San Pio
V” de Bélgica, un centro de estudios superiores dirigido p=
or
clero católico tradicionalista. Allí conoce entre otros a la Fraternité<=
/st1:PersonName>
de Archéveque Ngô-dinh-Thuc. Tras cuatro años obtie=
ne
dos licenciaturas: una en Letras y la otra en Teología, la primera
versaba sobre la Obra
de N. Gógol y la segunda sobre el problema de la gracia en San
Agustín. Ambas tesis obtuvieron la calificación sobresaliente=
y cum
laudem. En el año 2000, con 17 años, el joven Oscar Micha=
elli
se separa de su familia y viaja a Argentina, dejándolos en Europa, d=
onde
aquellos se habían establecido y mejorado su situación
económica.
En Argenti=
na,
Oscar Michaelli realizaría nuevos estudios: realizó un postgr=
ado
en Literatura y tomó cursos en el CELEB (Centro Laicos de Estudios
Bíblicos), con una hermosa memoria que versaba sobre la historic=
idad
del Rey David, algo que, tristemente, los modernistas han puesto en duda.
Las vis=
iones.
<=
/p>
Oscar
había oído hablar de un pequeño grupo tradicionalista =
que
se solía reunir a rezar el rosario en Moreno, provincia de Buenos Ai=
res,
y viajó para conocerlos. Era el 8 de marzo del año 2003 y aqu=
el
grupo se llamaba “Sociedad de Nuestra Señora de la Compasión”
y resultó ser más pequeño de lo que él pensaba.=
Los
miembros de la Socied=
ad
quedaron cautivados por la humildad y la inteligencia del joven teól=
ogo
y pronto le propusieron que la dirigiera. Excelente orador e inspirado
católico, la gente, aún aquellos que desconfiaban de Catolici=
smo
Tradicional se amontonaban en la pequeña casa de los compasionistas =
para
escuchar sus charlas sobre Religión Católica. Un día,
mientras él estaba hablando una mujer cayó de rodillas, y
elevó sus ojos y dijo estar viendo a la Santísima Vi=
rgen
detrás de Oscar. Luego la mujer cayó en un dulce sueño.
Nadie dio mucha importancia al principio, pero poco a poco, otros más
tendrían las mismas experiencias: destellos de luz, iluminaciones
asombrosas en el rostro de la imagen de Nuestra Señora de la Compasión. Es=
to
no ocurre en cualquier momento, sino cuando se reza el rosario o el v&iacut=
e;a
crucis.
El 8 de
diciembre de aquel 2003, Oscar consiguió un sacerdote tradicionalista
para que celebrara =
la Santa
Misa en el oratorio. Nadie imaginaba lo que allí
ocurriría...
Al iniciar=
se la Misa, cae en extasis =
Oscar
ante la mirada atónita de todos los presentes, Nuestra Señora,
bajo la advocación del Carmen, allí ella le dice unas palabras
que varios de los presentes pudieron oír, llenándose de
admiración y asombro, ya que si bien no veían a la Virgen, oían=
ua
dulce voz que le decía a Oscar: “Tu serás sacerdote y
harás para mi una Orden Religiosa que consuele mi Corazón=
”.
Luego de esto, reinó el silencio y el ambiente se llenó de un
dulce aroma a flores... alguien le preguntó a Oscar que había
pasado pero este, por miedo quizás, a que lo consideraran un loco di=
jo
que nada y se negó a decir lo que la virgen le había comunica=
do.
Pobre inocente, no sabían que los demás también
habían escuchado su voz.
Los
éxtasis de Oscar se sucedieron: su persona cambiaba, se volvía
sublime, perdía cualquier sensibilidad y su rostro tomaba un gesto
sereno. Siempre ocurría lo mismo: caía de rodillas sin que la
naturaleza del terreno le afectara y luego se levantaba sin señal al=
guna
de dolor o cansancio. Después de aquel 8 de diciembre, él
pasó a ser para todos el “Hermano Oscar”. En sus visione=
s (a
veces compartidas por los Hermanos Emilio Javier, Alejandro Fabio y
Aníbal) contemplaba a Nuestro Señor Jesucristo, a la Santísima Vi=
rgen
María y a otros grandes Santos. Los mensajes tenían el mismo
trasfondo: preservar la
Fe Católica de siempre, rezar el rosario y solamen=
te
asistir a la Santa =
Misa
en Latín.
Pero no er=
an
estas visiones lo que más asombraba a los visitantes que iban a ver =
por
primera vez a la Soci=
edad
de Nuestra Señora de la Compasión: era su humildad, como
trabajaban, como compartían todo... un fiel donó la casa dond=
e se
reunían, pronto fue remodelada, poco a poco se levantó una
capilla, que hoy es nuestra Catedral, se juntó dinero y se compraron=
los
terrenos lindantes... en el año 2005 la Sociedad tiene ya=
dos
centenares de miembros activos y un sacerdote expelido de la Sociedad San =
Juan,
aparentemente por sedevacantista llega al lugar. No tardó en ser
expulsado por los fieles cuando se descubrió que había estado
acosando a una de las muchachas que asistían diariamente a la Misa.
Un viaj=
e a
Francia.
Cuando el
Hermano Oscar escuchó que la
Virgen le pedía el 1º de febrero que se
entrevistara con dos obispos cismáticos dudó de la visi&oacut=
e;n.
Fue un duda prudente, pero la
Virgen le dirigió la palabra a varios más q=
ue
cayeron en éxtasis y les dijo que el Hermano Oscar no debía
viajar para adherir a un cisma, sino que lo haría para ser ordenado
sacerdote y obispo... y les dijo que en todo momento debía mantenerse
fiel a a Religión Católica. Se juntó el dinero y el
avió arribó a destino el día 4 de febrero del 2005,
llegando a Mont Saint Aignan Cedes el 15 del mimo mes. Allí f=
ue
recibido por Monseñor Adolphe George Cantor y Monseñor Mar=
io
Cornejo de la “Iglesia Santa María”. Ellos recibiero=
n a
un muchacho seguro y firme, que les transmitió el mensaje de la Virgen. Asombrosamen=
te
no se sorprendieron y tras un breve examen, iniciaron los preparativos para=
las
ordenaciones que concluyeron el 24 de marzo del 2005 con el Sumo Sacerdocio:
ahora era Monseñor Oscar de la Compasión.
=
Monse&n=
tilde;or
Oscar, un Obispo en defensa de la fe.
La activid=
ad plena
de la Orden de
Nuestra Señora de la
Compasión se inició el 1º de abril del
año 2005, cuando Monseñor Oscar de la Compasión
dio la primer misa e hizo publica su “Declaración sobre la Sede Vacante&=
#8221;
que concluye con estas palabras:
“Es por ello que, tras estudiar con cuidado y
detenimiento nuestra situación actual, y a la luz de las tradiciones=
de la Iglesia, en virtud=
del
cargo de Obispo que poseo, Creo que la Sede Apostóli=
ca
de Roma está vacante desde la muerte de Pío XII y que desde el
año 1958 ha
sido usurpada por herejes.
Creo que desde entonces ya no hay Pontífices, pero que =
esto
no significa una negación de aquello que el Gran Concilio Vaticano
declaró en 1870 acerca de que la Iglesia tendría Vicarios de Cristo a=
perpetuidad.
Creo que los Antipapas que ocupan la primer sede apostólica han
inventado una nueva religión, que es Modernista y Protestante, que n=
o es
Católica, que no es Cristiana y que por lo tanto, no agrada a Nuestro
Señor. Quienes se adhieran a la religión predicada por Roncalli,
conocido como “Juan XXIII”, instituida por “Paulo VI̶=
1;,
y consolidada por “Juan Pablo II” y su sucesor, el Antipapa
“Benedicto XVI”, abandonan la Fe Católica
de siempre y se adhieren al cisma que desde Roma se predica. Quienes dan su
alianza al declararse “una cum” la Roma modernista y protestante incurren en el
mismo pecado. =
Y como yo, Oscar de la Compasión, Obispo, tengo la
obligación de luchar por la salvación de las almas para mayor
gloria de Dios, denuncio a la herejía y los heresiarcas.<=
span
style=3D'font-size:10.0pt;color:black'>”
La carta f=
ue
impresa y transmitida a los medios de comunicación que no prestaron
atención a tan importante anuncio. En el extranjero, los círc=
ulos
tradicionalistas tampoco se hicieron eco, al principio, de esta
declaración, apegados como estaban a aquella que realizara en sus
días Monseñor Ngo-Din-Thuc.
Monse&ntil=
de;or
Oscar consagró los primeros centros de misa y el día 8 de abr=
il,
declaró que pronto se ordenarían varios sacerdotes de entre l=
os
Hermanos de la Or=
den.
Entre el 1º de mayo y el 8 de Diciembre, Monse&ntild=
e;or
Oscar se dedicó a viaj=
ar por
todo el país, celebrando misas e impartiendo conferencias para expan=
dir
el Catolicismo Tradicional. Se entrevistó con importantes figuras y
debatió con ciertos académicos que lo acusaron de promover un=
a secta.
En Mendoza un Rabino lo acusó de antisemita, un grupo de lesbianas
dijeron que era un fascista porque declaró públicamente que
jamás toleraría la homosexualidad... Monseñor Oscar
fundó oratorios y capillas por todo el país, habilitó
hogares como centros de misa y el 9 de noviembre realizó un viaje=
a
Bolivia, donde permaneció hasta el 22 del mismo mes, establecien=
do lazos
de amistad con la nación aymara.
En sus
conferencias Monseñor Oscar explicaba a todos los que quisieran
oírle (y a los que no también) por qué el Vaticano II
había abierto una nueva religión, diferente a la Religi&oacu=
te;n
Católica y las necesarias consecuencias de esa
defección: los falsos papas, la invalidez de la “Nueva
Misa”, y el falso ecumenismo que conduce a la apostasía.
Monseñor enseñó entonces que estamos en la époc=
a de
la Gran
Apostasía descripta por San Pablo en su
epístola a los Tesalonicenses y que Roma se había convertido
en la Sede del Anticristo.
. pero
que Nuestro Señor no permitiría que la Iglesia fuera destruida.
Había un “remanente”, un grupo de católicos,
extendidos por todo el mundo que siempre oían de píe las herm=
osas
palabras de un sacerdote diciendo “Introibo ad Altare Dei̶
1;,
esa era la Santa=
Iglesia
Católica Apostólica Remanente, la única Iglesia de Cristo.
El día
6 de diciembre, Monseñor Oscar se instaló en la Casa Generalicia
de la Orden de
Nuestra Señora de la Compasión. Allí 24 sacerdotes
fueron ordenados y dos días después, de entre ellos, cuatro
recibieron la consagración episcopal. Aquel 8 de diciembre fue un día glorioso que no =
pudo
ser manchado por la protesta del miserable párroco local que
movilizó a su “patota” para que gritara delante de Nuestra
Catedral (que aún estaba en construcción). Los nuevos Obispos
fueron: Monseñor Martín de la Compasión,
Monseñor Emilio Javier de la Compasión, Monseñor Alejandro
Fabio
de la
Compasión, Monseñor Claudio Alejandro de la Compasión.
Centenares
de
sacerdotes de todo el mundo se pusieron en contacto con Monseñor Osc=
ar
para que él o revalidara sus ordenes o los apoyara en su lucha contra el
Modernismo.
La Biblia, la Tradición, en fin, la Historia misma nos relata
como los Siervos de Dios (patriarcas, profetas, sacerdotes, los
apóstoles, etc.) fueron probados muchas veces por medio de mandatos
durísimos y ellos obedecían, porque confiaban en Dios y la
voluntad de Dios era la que deseaban cumplir. Monseñor Oscar no
tenía el dinero que tienen los “obispos” de la Iglesia conciliar,
así que vestía con una simple sotana y llevaba en el pecho un
crucifijo que ni era de oro ni de ningún metal precioso. Su sotana e=
ra
negra y simple como la de cualquier sacerdote, pero jamás dejaba su
solideo púrpura. Sus zapatos eran viejos hasta que una fiel,
escandalizada por la pobreza en la que los compasionistas vivían les
regaló sandalias franciscanas. Las oraciones jamás fueron
suspendidas por Monseñor Oscar, ni siquiera cuando enfermaba: su cuerpo
debil y delgado soportaba muchas veces el cansancio de días de
sueño acumulado por los viajes, por las misas, por las confesiones.
Las conversiones
eran asombrosas: una importante comunidad de cismáticos griegos, con=
su
obispo y sacerdotes se unieron a Monseñor Oscar de la Compasión,
lo mismo ocurrió en Alemania y Francia. Las ordenaciones sacerdotales se
suceden, y no ya solamente por parte de Monseñor Oscar, sino de los
demás Obispos de
la Orden
que crean verdaderos ejércitos sacerdotales, dispuestos a dar su vid=
a en
el combate por la Santa Fe
y la Santa Misa.
El Conclave.
Monseñor
Oscar jamás se había pronunciado a favor de una nueva
elección pontificia, si bien es cierto que se realizaron los pertinentes
estudios para saber si alguno de los que reclamaban ser el Sucesor de San Pedro
lo era.
Fue
Monseñor Emilio Javier quien se pudo delante de una empresa magna:
suplir la Vacante
de la S=
ede
Apostólica por medios canónicamente
válidos, lo cual expresó por carta el 2 de febrero del a&ntil=
de;o
2006. Monseñor Oscar lo llamó a la “la santa
prudencia”:
“Cualquier
error o vicio hará inválida y nula vuestra elección,
colocándolos en el mismo nivel que los cismáticos antipapas,
y de
esta forma os separaréis de la Iglesia Católica,
fuera de la cual no hay salvación.”
Los Obispos y
sacerdotes compasionistas incitaron a Monseñor Oscar a que convocara
a
un Cónclave mundial, pero este delegó esa función en
Monseñor Emilio y Monseñor Alejandro. La circular fue enviada
a
todos los obispos sedevacantistas del mundo, al tiempo que se escribía
al Antipapa de Roma y su Secretario de Estado, intimándolos a abandonar
el Vaticano y así proceder con la elección. Esta carta era
meramente formal, ya que era sabido que los Anticristos no dejarían
las
posiciones usurpadas fácilmente. El conclave, se decidió,
tendría lugar en Luján y asistieron obispos del mundo entero,
los
únicos con derecho a voto; también hubo sacerdotes y laicos de
distintos países que fueron testigos de la apertura del Conclave y luego
del tradicional “¡Habemus Papam!”.
Dos
años como Vicario de Cristo y contando...
Desde el 24 de
marzo del año 2006 Oscar de la Compasión es León XIV, el Verdadero
Papa, el Dulce Cristo en la
Tierra. Han sido de años llenos de trabajo, de
actividad, de viajes, de encuentros, de propagar el evangelio en todos los
rincones del mundo. Dios está con nosotros ¿de que otra forma=
se
puede explicar el crecimiento de la Santa Iglesia Remanente por todo el mundo
más allá del silencio impuesto por el Nuevo Orden Mundial?
No fueron
años fáciles. Tuvimos mártires, se produjo un cisma,
algunos abandonaron al Papa cuando más se los necesitaba. Su Santidad
publicó varias encíclicas, bulas y demás documentos en
defensa de la
Verdadera Religión Católica.
El 16 de marzo
de este año 2007, pocos días antes del Aniversario del Primer
Año de Pontificado, a las 6:45 horas un terrorista abrió fuego
sobre el Papa. Su vida pendió de un hilo, pensamos que moriría...
Pero Dios estuvo con su Vicario. “Es un milagro que esté
vivo” dijo su medico personal. La Iglesia atravesó una grave crisis en
aquellos días en los que se sabía muy poco de lo que pasaba m=
uros
adentro del Palacio Apostólico. Los fieles de todo el mundo
habían recibido la noticia del atentado y trataban de comunicarse con
nosotros por todos los medios posibles. Las Sedes Arzobispales estaban en un
estado caótico, muchos Obispos viajaron de inmediato a la Santa Sede para
ponerse
a disposición del Cardenal Secretario de Estado, Mons. Emilio Javier
de la Compasión. Fue
entonces que para tranquilizar a un buen sector de la jerarquía y hacer
acallar a los pusilánimes de siempre, el 21 de marzo, en Santa Rosa
la Curia y otros jerarcas de la Iglesia hicieron un
juramento de fidelidad a Su Santidad León XIV. Tres días
después, Su Santidad cumplía su primer año como
Pontífice, y hospitalizado hacía publica su encíclica
Quo
Graviora.
El domingo de
Pascua, 8 de abril del año 2007, a pesar de que sus médicos le
pidieron permanecer algunos días más en el hospital, Su Santidad
regresó al Palacio Apostólico. Allí se ha recuperado c=
asi
totalmente y jamás abandonó sus funciones de Vicario de Cristo.
Como Papa de la =
Santa
Iglesia nos ha demostrado como debemos comportarnos en los
momentos más difíciles. Jamás ha dejado de trabajar, de
enseñar, de estudiar.
Post Scriptum De Su Santidad Alejandro IX
Varias veces
tuve la oportuniad de leer esta biografía que con tanto amor, respet=
o y
devoción escribiste, muy caro hermano Martín y no puedo sino
unirme a ti en agradecimiento a León XIV de Venerable Memoria,
tributandole todo el respeto que merece.
Te he rogado,
que me permitieras a mi hacer un breve relato de los últimos
días. Tu, un hijo fiel de la
Iglesia, me agradeciste el no tener que contar como murio
aquel que tanta vida nos inspiró.
Bien sa=
bido
es que tras aquel funesto atentado, la salud del Gran León XIV fue
mermando, algunos de nosotros, alertados, quisimos saber que era aquello que
tanto lo debilitaba. La noticia de la enfermedad que lo consumía fue
dura, terrible... pero él nos animó a no desesperar. Aú=
;n
hoy sentimos su ausencia, aún hoy lo lloramos y lo esperamos y tenem=
os
en nuestras oraciones. Como su Sucesor Legítimo, y por lo tanto, Suc=
esor
de San Pedro, no podemos sino animar a todos los fieles a imitar a este gran
hombre, a este joven hombre de Dios que renunció a todo, solo por cu=
mplir
con la voluntad de Dios.
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