Aún la Santa Sede no emitió ningún comunicado oficial sobre la Iglesia Católica Sirio-Malankara.
Queridos amigos y hermanos
Para quienes visitan con frecuencia nuestro blog, más allá de los fieles, no escapa la triste realidad del alejamiento del Obispor Makarios y con él de toda la Iglesia Católica Sirio-Malankara. Esta ruptura, no querida ni por el Papa ni por los Cardenales merecerá, cuando sea conveniente un detallado análisis. Pero el Obispo Makarios no sólo rompió con la Iglesia Católica y con el sucesor de San Pedro, acto libre y voluntario, como libre y voluntaria fue su llegada a la comunión con el Papa que lo recibió con los brazos abiertos y que en más de una oportunidad se refirió a él como “el más fiel de los fieles” o “el más querido de mis hermanos”. El Obispo Makarios utilizó su sitio de internet para “denunciar” los errores y “herejías” en las que, según él había caído nuestro amado Pontífice. Entre ellas figura la adhesión de la Iglesia al nacionalsocialismo, es decir, afirma que la Iglesia Remanente en el Exilio está dominada por un movimiento neo-nazi al cual adhieren, ora por convicción, ora por cuestiones económicas sectores importantes de la Iglesia Católica. También señala el Obispo Makarios la influencia que habrían tenido los conversos que llegaron de la cismática Iglesia del Palmar de Troya.
Si bien es cierto que el Papa, por una serie de disposiciones que comenzaron a ser emitidas desde este domingo 2 de octubre decidió actuar sobre los seguidores de la herejía palmariana, aplicando la Carta Encíclica “Gloriosam Ecclesiam” del 18 de abril del año 2007 de Nuestro Señor, el mismo Makarios insistió en acusar a la Iglesia de ser una organización Neo-Nazi. ¿Cuál ha sido la consecuencia de esto? No sólo el desprestigio a los ojos de aquellos que fácilmente se escandalizan, sino, además, que se libre ordenes de arresto en algunos países europeos a sacerdotes y obispos en paz y comunión con la Santa Sede. Así, en el día de hoy nos enteramos que la policía alemana puso bajo arresto a diez de nuestros sacerdotes y dos obispos, lo mismo ocurrió en Francia donde tres sacerdotes fueron acusados sin ninguna evidencia de “negar el holocausto” e incitar al odio contra los judíos. La conexión es, a todas luces evidente: el error de unos pocos ha sido pagado en grande en la Iglesia europea. Nuestros templos fueron cerrados en Italia y en Belgica. Sacerdotes bajo prisión en Francia y Alemania y la misión que con tantos esfuerzos se levantó en Dinamarca y Noruega hubo de disolverse. Hoy la Iglesia Europea clama ayuda al Papa.
La Iglesia católica, desde la restauración de la Silla de Pedro (fiesta del XXIV de Marzo de MMVI) ha decidido no cobijar ni alinearse nunca, jamás y bajo ninguna circunstancia con ningún movimiento político. La Iglesia ha respetado a las autoridades de cada país en donde se ha instalado, aunque cuando fue necesario denunció a los gobiernos tiránicos y renovó la condena al comunismo y a las tiranías. Si entre los católicos en comunión con la Santa Sede en el Exilio hay derechistas, esto no importa a la Iglesia mientras sean hijos obedientes, de la misma manera que entre los hijos obedientes se encuentran demócratas e incluso socialistas católicos. Hasta el presente Su Santidad Alejandro IX y antes de él los romanos pontífices Inocencio XIV y León XIV jamás hicieron ninguna mención a la cuestión política.
Es por eso que pedimos a todos los fieles católicos orar por nuestros hermanos que en Europa están sufriendo esta persecución innecesaria y que podría haberse evitado si el Obispo Makarios no hubiera dicho lo que dijo, escrito lo que escribió, arrastrando con ello a la terrible fortuna de los que, de forma completamente inocente se ven hoy bajo el brazo de la justicia secular de manera completamente injusta e innecesaria. Hoy nuestros sacerdotes, algunos de edad muy avanzada están en prisión, bajo custodia o con restricciones de algun tipo de su libertad. ¿Por qué? Porque un obispo, enojado y ofendido, en vez de haber expresado sus reservas al Sumo Pontífice decidió hacer una denuncia publica, manchando y ensuciando el nombre y a honradez de aquellos que subían al altar de Dios.
Pedimos, encarecidamente a todos ustedes orar a Dios, Nuestro Señor para que nuestros sacerdotes puedan salir en libertad y la persecución que se vive, especialmente en Europa llegue a su fin. Sabemos que la Verdad triunfará.
En Jesucristo Nuestro Señor,
Cardenal Emilio Javier de la Compasión,
Cardenal Secretario de Estado, en paz y comunión con SS Alejandro IX.
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