San Benito estableció en su regla que sus monjes oran y
trabajaran en la tierra: ora el labora. Tras el golpe que significó para
nosotros el temporal de abril del año 2012, hemos decidido regresar a la
agricultura. La Iglesia ha destinado gran parte de los terrenos en Villa María
al cultivo de maíz y papas y hortalizas. Contamos con un criadero de gallinas y
tres lindas vacas que nos dan leche. El
Cardenal Blakhill por su parte está tratando de conseguir panales de abejas para
tener nuestra propia miel.
El primer objetivo de esto es conseguir el auto-abastecimiento
de la Santa Sede en el Exilio. Ha sido mucho trabajo, pero lo hemos logrado.
Todos, desde los acólitos hasta el Papa trabajan por lo menos cuatro horas al
día en nuestras granjas.
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