Ave María Purísima!
Queridos amigos y hermanos,
Nuestra carta de hoy no está desprovista de
decepción. Sentimos un dolor muy profundo por las cartas, comentarios y
notas que se enviaron a la Santa Sede con motivo del Decreto
"Mandatorias". ¿Acaso los fieles de la Iglesia olvidan el deber supremo
de estar conformes a la ley de la Iglesia? ¿Acaso los fieles deciden
desafiar los mandatos del Papa, quien expresa la voluntad de Dios?
Los fieles deben obediencia verdadera y de todo corazón a la autoridad
legítima. Es obligatorio que así lo hagan para la salvación de sus
almas.
Nos emitimos ese decreto luego de mucho meditarlo en Nuestro Corazón,
porque estamos convencidos de que es necesario seguir fieles a la
Verdad, mantener la Moral y sobre todo, restablecer el Orden Cristiano.
Es por ello que también, en los próximos días se emitirá un nuevo
decreto de canonización, por medio del cual queremos que todos los hijos
de la Iglesia comprendan el orden que deseamos, no por nuestra voluntad
o capricho, sino por la voluntad de Dios Omnipotente, que se establezca
en nuestras sociedades.
Me despido de ustedes, queridos hermanos, rogándole a Nuestra Señora del Pilar por todos ustedes.
Con mi Bendición Apostólica,
Alejandro IX.
Siervo de los Siervos de Dios.
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