Carta Encíclica
OMNIS IMMUNDUS
De nuestro Santísimo
Señor
León XIV
Siervo
de los Siervos de Dios,
por
la Divina
Providencia
a
los Patriarcas, Primados, Cardenales, Arzobispos, Obispos
y
otros ordinarios en Paz y comunión con la Sede Apostólica.
Todos los inmundos apostatas, todos los pérfidos herejes y dem&aacut=
e;s
despreciables a los ojos de Dios no pueden ser bien vistos a los ojos de esta,
Santa, Católica y Apostólica Iglesia, fuera de la cual no hay
salvación ni remisión de los pecados. Estos pérfidos han
reclamado, desde la época de Juan Escoto Eríugena el derecho
a la
libertad de expresión, a la libertad de poder difundir sus ideas sin
necesidad de ningún control, de ninguna censura. Satanás
utilizó la imprenta para propagar la herejía e Martín
Lutero, de la misma manera que luego al cine para películas
anticatólicas como “La última tentación de Cristo”
y ahora “El Código Da Vinchi”, cuyo libro hemos ordenado
incluir en el Index.
Esta pretendida libertad no es otra más que la “libertad para
la
perdición” de la que habló en su momento nuestro Predecesor
de Gloriosa Memoria, San Gregorio XVI. Rechazamos esta libertad como debemo=
s rechazar
todas y cada una de las libertades masónicas que fueron creadas por
la
mente de Lucifer para obnubilar a los hombres y así conducir sus almas
al fuego ardiente.
Sabiendo además que los recientes acontecimientos sufridos por la Iglesia Católica
Remanente con el cisma que trató de iniciar (pero que a Dios gracias
no
dio frutos) el Padre Sebastián Fernández han dejado a muchos
dolidos y aortos confundidos es que hemos decidido dirigir a todos los
católicos esta, nuestra cata encíclica.
En primer lugar, os exhortamos a la lectura continua del Catecismo de la Iglesia Católica,
el de San Pio X en tanto que el Catecismo Oficial de la Iglesia Remanente
continua en elaboración y será editado (Dios mediante) para el
mes de diciembre del año 2007 de Nuestro Señor Jesucristo.
En segundo lugar, leed y releed el Magisterio de la Iglesia, repasar todas
nuestras cartas, nuestras encíclicas, nuestras bulas, nuestros decretos;
orad a Santa María Virgen para que vuestra fe no desfallezca y pedida
los San Joaquín Molla, San Julio Teccari y San Rafael Gorriti,
mártires que oren por vosotros a Nuestro Señor Jesucristo.
En tercer lugar, disponemos por esta nuestra carta, extender a todo el clero de
la Iglesia
Católica Apostólica Remanente, pertenezca o
no
a la Orden de
Nuestra Señora de la
Compasión, el no poseer ninguna cuenta de correo
electrónico más que aquellas que sean otorgadas y permitidas
por
el Superior de Distrito o por Nuestra Autoridad. Nos, León XIV;
autorizaremos las de los obispos y estos darán autorización a=
los
sacerdotes sometidos a su jurisdicción; empero, todas y cada una de
estas cuentas de correo deben poder ser revisadas por Nuestra Autoridad en
cualquier momento. Por esto mismo disponemos que:
a) El
Cardenal Secretario de Estado se ponga en contacto con todos nuestros sacerdotes
a fin de que estos, con un plazo máximo de diez días contando
desde la publicación de esta, Nuestra Encíclica, cierren
cualquier casilla de correo electrónico.
b) Se
nombre, únicamente por Nuestra Autoridad, a un Prefecto para el Correo
del Clero, el cual se encargará de crear tantas casillas de correo
electrónico como Nos consideremos necesarias. Por el momento y hasta
que
Nos lo creamos convenientes, se podrán unicamente crear una por cada
distrito, debiendo todos los sacerdotes compartir el mismo correo
electrónico, sin revisar el de los demás.
c) Que toda comunicación con organizaciones exteriores a la Iglesia Católica
Remanente deban ser aprobadas por Nuestra Autoridad.
d) Que cualquier miembro de la
Orden de Nuestra Señora de la Compasión
o cualquier sacerdote, obispo o si quiera un hermano de Nuestra Iglesia
rompiera las disposiciones aquí contenidas, sea excomulgado.
Os recordamos especialmente que, si alguno (no quiera Dios) rompiera las
ordenes aquí contenidas, se condena opr su propio juicio y queda
excomulgado ipso facto, y de ser descubierto podrá ser juzgado
por nuestra autoridad.
Queridos hermanos, en esta época apocalíptica
os recordamos que debeis ser fuerte en la fe y sumamente disciplinados,
sometidos a nuestra Autoridad, no por deseos nuestros, sino porque esa es la
voluntad de Dios.
León XIV. PP.
Dado en el Palacio Apostólico=
de
Moreno,
A los 18 días del mes de Febr=
ero.
Primero de Nuestro Pontificado.
[1][1]
Mt 16, 18.
[1][2]
Jn 8, 32.
[1][3] I
Cor 15, 22.
[1][4]
Jn 21, 27.
[1][5]=
“Pernicioso Escándalo”.
[1][6]=
Cfr. Is 6, 13; 4, 4 ss.
No hay comentarios:
Publicar un comentario