Carta Encíclica
SCELESTA TURBA
De nuestro Santísimo
Señor
León XIV
Siervo
de los Siervos de Dios,
por
la Divina
Providencia
a
los Patriarcas, Primados, Cardenales, Arzobispos, Obispos
y
otros ordinarios en Paz y comunión con la Sede Apostól=
ica.
La
multitud criminal no dejó de pedir que sobre sus cabezas y la de sus
hijos cayera la Sangre
del Cordero de Dios[1][1]=
y
de esta manera, demostraron como rechazaban la Fe del Dios Vivo, del Único y Eterno=
Dios
que vive y Reina, en la unidad del Espíritu Santo per saecula
saeculorum. Bien dice la introducción que el Discípulo Am=
ado
escribe en su Evangelio que El Señor vino a los suyos y que estos le
rechazaron[1][2]=
y
lo condenaron a morir en la cruz[1][3]=
;
hoy en día, queridos hermanos nos vemos en la obligación de
escribiros con motivo a un acontecimiento que nos ha llenado de dolor y que
causa escándalo a los fieles de la Iglesia de Dios, que es esta, la Santa Iglesia
Católica.
¡Ay de aquellos =
que
provocan los escándalos! ¡Ay de sus almas! Deberían de =
no
haber nacido[1][4]=
porque solo conducen almas al infierno y las alejan de la Salvación.
Ya hemos escrito con
anterioridad[1][5]=
acerca del mal que había tratado de causal el Padre Sebastián
Fernández y cuan peligroso era el cisma que trató de organiza=
r.
Sus pretextos eran increíbles: acusó a Nos de cargar a los fi=
eles
y a los sacerdotes con penas durísimas, con prohibiciones no
evangélicas, de reclamar lo superfluo y no mirar lo humilde y lo
sencillo: ¿qué tiene de superfluo exigirle a los fieles el que
rechacen las herejías? ¿Qué tiene de antievangé=
lico
recordar a los fieles los dogmas e fe? ¿Qué tiene (nos
preguntamos indignados) de anticristiano el exigir a todos los catól=
icos
siquiera un rosario por semana?
Además de esto,=
el
dicho sacerdote comenzó a promover, como indicamos el modernismo, el
liberalismo y el relativismo. Su objetivo era claro: hacer del Remanente de=
la Iglesia una secta
modernista más, a la imagen y semejanza de tantas que pululan,
comenzando por la Roma
actual.
Lejos de someterse a n=
uestro
juicio, el Padre Sebastián Fernández decidió crear su
propia orden religiosa, sin permiso de ningún obispo y para mayor
escándalo de las mentes y los espíritus, tomó el nombr=
e de
la Orden de la
que fue expulsado y de la que Nos somos Superior General. Así es como
estos días hemos oído acerca de la “Orden Reformada de
Nuestra Señora de la
Compasión” que agrupa a un grupo de laicos (=
que
se dicen terciarios) liderados por un único sacerdote, el Padre
Sebastián Fernández, que oficia la Misa en Latín
según las preces de Juan XXIII y que, el pasado día 28 de mar=
zo,
por las cartas e informes que nos llegaron celebró con el Novus O=
rdo,
violando el Juramento que prestó el día de su ordenació=
;n
sacerdotal.
Pero=
mucho
más dolor causa el hecho de que, además del cisma que
inició y su natural base herética, haya dedicándose a
blasfemar contra el Vicario de Cristo y la Santa Iglesia
Católica Remanente.
También en Aust=
ralia,
el señor Jeremy Fork, ex-seminarista expulsado por querer
“acelerar su ordenación” acabó por recibir las
ordenes mayores, incluso el episcopado de un Obispo Veterocatólico y=
se
auto proclamó “Arzobispo Primado” para todo el mundo de =
la
“Iglesia Remanente Libre y Autocéfala”. Esta versi&oacut=
e;n
propia de la San=
ta
Iglesia es una parodia, como todas las obras del Demonio.
Ahí no vemos piedad, sino falsa modestia, no vemos devoción, =
sino
ambicione de todo tipo, incluso las carnales.
Os recuerdo hijos que
tengáis cuidado con los falsos pastores que no son más que lo=
bos
rapaces[1][6]=
,
servidores de Satanás y que luchan por la perdición de las al=
mas.
Animados por el celo de
defender la Fe
católica, consideramos que es menester realizar esta declaraci&oacut=
e;n
publica que adquiere un valor paradigmático y que debe servir de reg=
las
para ahora y siempre que por nuestra potestad, e invocando la asistencia del
Espíritu Santo que fue prometida ad perpetuam para el Romano
Pontífice, tal como se definió en el Concilio Vaticano[1][7]=
,
declaramos que, tras ponderar la seriedad de estas acciones criminales y
erróneas, con la asistencia del Santo Oficio de la Inquisición
y de los expertos inquisidores, comenzando por el Cardenal Alejandro de la Compasión,
establecemos y decretamos lo siguiente:
Primero: Los obi=
spos
que han sido ordenados por otros obispos sin mandato de Nos, Papa, Vicario =
de
Cristo, Dulce Cristo en la
Tierra, Siervo de los Siervos de Dios, León XIV, y=
por
nuestros sucesores legítimos, salvo en caso de extrema necesidad y
urgencia, comprensible y entendible por la situación que actualmente
estamos viviendo, y haciéndolo porque así lo exige el bien y =
la
ventura de Esta Santa Iglesia Remanente, la cual es Una y Santa, deben saber
que incurren, por el mismo hecho de la ordenación ipso facto =
en
excomunión, que solamente puede ser levantada por Nos, tal como fue
indicado en el Decreto del Santo Oficio del 9 de abril de 1951[1][8]=
.
Segundo: Los
sacerdotes ordenados de forma ilícita quedan suspendidos a divini=
s.
Tercero: El Santo
Oficio, estudiando el comportamiento errático de los dos sacerdote su
claro sentido cismático, y que ambos no buscaban más que las
ordenes sagradas y que para conseguirlas no dudaron en recurrir en la
simonía tal como fue el caso de Jeremy Fork, Nos, por nuestra Sant&i=
acute;sima
Autoridad declaramos que estas ordenaciones, y cualquiera que de ellas se
deriven serán consideradas nulas, irritas, vanas, perjuras, insufici=
ente
y carentes de cualquier legitimidad, por lo que se considera a cualquiera de
los afectados, cismáticos y herejes, pero a los efectos reales y
jurídicos serán considerados según el estado que cada =
uno
tenía previamente.
Dado en la
Ciudad de Luján,
A los dos días del mes de Abril, del A&nt=
ilde;o
de Nuestro Señor Jesucristo 2007.
León XIV.
Siervo=
de
los Siervos de Dios.
[1][1]=
Mt
27, 25.
[1][2]=
Jn
1, 11.
[1][3]=
Act
2:23.
[1][4]=
Mt
18, 6-7
[1][5]=
Bula “Pernicioso escándalo”.
[1][6]=
Mt
7, 15.
[1][7]=
Sesión IV, Contitución Dogmática sobre la Iglesia de Cristo.=
[1][8]=
AAS, XLIII, 1951, p., 217 ff.
No hay comentarios:
Publicar un comentario