Carta Encíclica
PASTOR AETERNUS
De nuestro Santísimo
Señor
León XIV
Siervo
de los Siervos de Dios,
por
la Divina
Providencia
a
los Patriarcas, Primados, Cardenales, Arzobispos, Obispos
y
otros ordinarios en Paz y comunión con la Sede Apostól=
ica.
Convocatoria al Sacrosanto Magno y Dogmático Concilio
Ecuménico de Moreno
El Pastor Eterno confió, a Nos, León
XIV, Siervo de los Siervos de Dios, Patriarca de Occidente, Obispo Universa=
l, a
pesar de ser un indigno y humilde labrador de la Viña de=
Dios la
custodia de la S=
anta
Iglesia Católica en este difícil periodo de=
la
historia. Es por eso que Nos, León XIV, Siervo de los Siervos de Dio=
s,
Patriarca de Occidente, Obispo Universal viendo y considerando el lamentable
estado en el cual se encuentra la Santa Iglesia Católica, hemos deci=
dido
dar curso y aprobar, por estas mismas letras el llamado a un Sacrosanto
Concilio Ecuménico y Dogmático que habrá de realizarse=
en
la Santa Sede de Moreno.
El enemigo de la Salvación de los Hombres s=
e ha
disfrazado de Ángel de Luz[1][1]=
y
de esta manera se a propuesto destruir a la Santa Iglesia desde lo má=
;s
profundo de sus cimientos. Vana tarea, puesto que Nuestro Señor prom=
etió
a su Santa Iglesia que jamás le fallaría, estando con ella ha=
sta
la consumación del mundo[1][2]=
.
Habiendo fallado en su momento aquellos que tenían la “potestad
legislativa, judicial y coactiva”[1][3]=
,
por complicidad con los enemigos de Cristo o por mera cobardía,
correspondió a un puñado de Católicos rearmar a la
Iglesia, salvar la Obra de Dios, no por ellos mismo, sino como herramientas=
de
Dios. Así fue como el Señor quiso que en los momentos m&aacut=
e;s
difíciles no faltasen obispos que ordenaran sacerdotes, ni sacerdotes
que celebraran la Santa Misa. ¡Que gran contraste entre estos sacerdo=
tes,
estos obispos Católicos que no temieron las burlas de los anticristo=
s,
de los judíos, de los masones, de los pérfidos mundanos
servidores de Lucifer, con la de los “Pastores mudos” sobre los
cuales profetizaron Ezequiel[1][4]=
y
Jeremías[1][5]=
.
Fue un Antipapa, electo por un conclave viciado y
dominado por timoratos y apostatas el que convocó al Gran Aquelarre =
que
trataría de asestar un golpe de muerte a la Iglesia Eterna, la Santa
Iglesia Católica. “Y de los profetas sacerdotes salió=
; la
contaminación a toda la tierra”[1][6]=
.
Bajo el pretexto de modernizar a la “Iglesia” demostraron todos=
que
estábamos en aquel tiempo “en que no soportarán la s=
ana
doctrina, sino que conforme a sus propios deseos harán gran acopio p=
ara
sí de maestros que halaguen sus oídos: pues se apartará=
;n
de escuchar la verdad y prestarán oído a las fábulas”[1][7]=
(II
Tim. 4, 3-4). Los enemigos del Pueblo de Dios siempre contaron entre los
sacerdotes a sus más grandes aliados: así lo vemos en tiempo =
de
los Macabeos[1][8]=
.
¿Pero son esos verdaderos sacerdotes
Católicos? Podrían tener ordenes válidas, pero hab&iac=
ute;an
renunciado a la fe, y no eran más que externamente y a los ojos del
vulgo “sacerdotes” u “obispos”. Ni Juan XXIII ni
ninguno de sus sucesores fueron verdaderos pontífices, todos ellos
hicieron de Roma “la ramera que a todas las naciones dio a beber d=
el
vino del furor de su fornicación”[1][9]=
.
El Señor nos prometió que el infierno
jamás podría prevalecer contra la Santa Iglesia[1][10] de
la misma manera que prometió que aquel que en oración pidiera
sería escuchado[1][11].
Es por ello que, por =
la
Potestad de la cual Nos, León XIV, Siervo de los S=
iervos
de Dios estamos investidos, ordenamos la apertura del Sacrosanto Magno y
Dogmático Concilio Ecuménico de Moreno. Decretamos que la
apertura del mismo sea celebrada el día 24 de mayo, teniendo en cuen=
ta
que están presentes en la Santa Sede un buen numero de Obispos y
Cardenales.
Los Objetivos de este Sacrosanto Concilio son clar=
os:
En primer lugar: terminar con el cisma que afecta =
a la
Santa Iglesia Católica que la divide desde el año 1958.
Pretendemos que todos aquellos que se separaron, concientes o inconcienteme=
nte
del Recto Camino de Dios, la cual es su Iglesia Católica y
Apostólica regresen al redil que Nos, Sucesor de San Pedro dirigimos=
en
esta tierra.
En segundo lugar: queremos luchar por la
erradicación de las herejías y la purificación de la F=
e.
En Tercer Lugar, queremos reformar la moral y
costumbres del clero, a fin de despejar cualquier duda, restablecer el orde=
n y
la moral allí donde esta pudiera haber sido alterada.
Siendo pues esta nuestra Voluntad, ordenamos=
que
de forma inmediata sea transmitida esta Nuestra Carta a todos los rincones =
de
la tierra y que todos los clérigos sepan que tienen las puertas abie=
rtas
para presenciar nuestras Sesiones. Decretamos y Establecemos que no
podrán haber reuniones ni sesiones secretas en el Sacrosanto Concili=
o,
que nadie, bajo ningún punto de vista a no ser que exista causa
razonable para ello podrá impedir a un laico cualquiera acceder a los
resultados de las votaciones, o a los textos Conciliares. Que nadie, bajo P=
ena
de Nuestra Indignación podrá tampoco alterar el buen decurso =
del
Sacrosanto Concilio, pervirtiendo el orden, alterando sus funciones o
queriéndole dar un poder que no posee.
Decretamos y establecemos por estas, nuestras mism=
as
cartas, que todos los Obispos tendrán derecho a voto y que dicho voto
será igual en valor al de cualquier otro Obispo. Decretamos que este
Sacrosanto Concilio sea considerado como XXIº Concilio Ecuménic=
o de
la Iglesia Católica, que es Santo y Dogmático y que una vez
aprobadas sus actas, los fieles del Mundo Entero tienen la Obligació=
n,
en la medida que Nos lo decretemos y aprobemos, a conformarse con estas
decisiones emanadas de tan Santa Asamblea.
Dado en la Santa Sede de Moreno,
A los XVIII días del Mes de Mayo del A&nt=
ilde;o
de Nuestro Señor Jesucristo 2007.
II de nuestro Pontificado. LEO XIV. PP.
[1][1]
II Cor XI, 14.
[1][2]
Mt XXIV, 28.
[1][3]
CIC 335.
[1][4]
Ez XXIV.
[1][5]
Jer XXIII.
[1][6]
Jer XXIII, 15.
[1][8]=
II
Mac IV, 13.
[1][9]=
Apoc XIV, 8.
[1][10] Mt
XVI, 18.
[1][11] Mt
VII, 11.
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