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jueves, 22 de mayo de 2008

Motu proprio Pontificex Maximus. S.S Inocencio XIV



El Pontífice Maximo, Sucesor del Beatísimo Pedro dirige sus palabras a todos los hijos de la Santa Iglesia , Una, Santa, Católica y Apostólica.
La gravísima situación que atraviesa la Iglesia de Dios nos han llevado a meditar profundamente nuestro valor, nuestra responsabilidad y nuestra capacidad para poder conducir la Barca de Cristo en medio de la Tormenta que se ha desatado en estos durísimos tiempos que han venido sobre nosotros desde la muerte del gran Papa León XIV de Venerable Memoria.
Estos momentos son terribles: un grupo de obispos y cardenales han decidido alejarse de la Santa Sede , dirigiéndose a unas propiedades en el municipio de General Rodríguez, ocupándolos e instalándose allí y haciéndonos llegar un petitorio acerca de reformas urgentes que la Iglesia necesita. En Europa, varias comunidades de fieles han decidido actuar de forma autónoma, malinterpretando los decretos del Sacrosanto Concilio de Moreno, muchos de los cuales no han sido aún aprobados, imitando otras comunidades su misma actitud cismática: han votado a quienes debían ser promulgados a las Sagradas Ordenes, y al no recibir respuesta de Nos, han solicitado a obispos cismáticos que ordenaras a estos fieles, que luego nos informaban que lo habían hecho por necesidad. En México, las autoridades eclesiásticas no se han puesto en comunicación con las Comunidades Tradicionalistas de Centroamérica, tal como lo habían ordenado en su momento nuestro predecesor León XIV, de Venerable Memoria, y posteriormente los Reverendísimos y Eminentísimos Cardenales Emilio Javier de la Compasión , Alejandro de la Compasión y Giovanni Garbini. Los seminarios se han infectado con doctrinas extrañas, con un falso tradicionalismo y un falso misticismo. Nadie está seguro, todos esperan la milagrosa  intervención de Nuestro Señor Jesucristo para terminar con todos estos problemas. Los teólogos de la Iglesia se enfrentan sin cesar, los Padres Conciliares exigen que el Concilio sea re abierto. Nadie confía ya en el juicio del Santo Padre, y todos murmuran.
Sabedores mejor que nadie de lo que somos y de lo que no somos capaces. Conocedores de Nuestros límites como nadie más, salvo Jesucristo Nuestro Señor, hemos rogado a Dios para que nos iluminen para saber que decisión debemos tomar.
De esta manera, convencidos que la única manera de devolver la paz, la unidad y la concordia a la Iglesia es por medio de acciones decisivas  y fuertes, y sabiendo que Nos no estamos capacitados para tomarlas, que somos débiles de carácter y que no podemos actuar como tal vez se merecería, decidimos de manera irrevocable:
 
1) Que el siguiente Motu Proprio revoca y deroga cualesquier sentencia del decreto sobre la elección Pontificia promulgado por Su Santidad León XIV de Venerable Memoria.
2) Que el día 24 de mayo, todos y cada uno de los cardenales de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Remanente, así también como todos los Obispos, Patriarcas, Superiores de Ordenes Religiosas y Sacerdotes se reúnan en la Iglesia Mayor de la Finca Nuestra Señora de la Compasión , situada en General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires, y que las puertas de la misma se cierren al toque de Sexta.
3) Que aquel día, será leído por Nos, Inocencio XIV nuestra pública renuncia y tendrá efecto ese mismo día, quedando desde ese momento formal y materialmente Vacante la Sede Apostólica.
4) Que los Padres allí reunidos tendrá la obligación de elegir al Nuevo Vicario de Cristo, una vez se proclame nuestra desición irrevocable de renuncia.
5) Que Nos, Declaramos ordenamos y establecemos que todos los cardenales, hubieran sido estos creados por Su Santidad de Venerable Memoria León XIV, o por Nos, Inocencio XIV, Papa actualmente reinante, tendrán el mismo derecho en el Conclave.
6) Que todos los allí presentes, siempre y cuando no pesara sobre ellos decreto de excomunión, o estuvieran sujetos a la excomunión late setentiae con anterioridad al día  2 de febrero del año MMVII de la encarnación de Nuestro Señor Jesucristo por herejía o cisma, tendrán derecho a elegir y ser electos.
 
Finalmente decretamos, declaramos y establecemos, que el presente Motu Proprio contiene nuestra real decisión de renuncia al contemplar nuestra incapacidad de dirigir la Iglesia , pero que nadie, bajo pena de excomunión, pueda hacer algo diferente a lo que Nos hemos decretado y establecido en los anteriores párrafos para la elección del Sumo Pontífice. Y que nadie, bajo pena de Nuestra Indignación, así también como la de Nuestro Señor Jesucristo, pueda negarse a aceptar o declarar nulo, inválido o ilícito el resultado de la elección pontificia a ocurrir a partir del día 24 de mayo.
 
Dado en la Catedral de Nuestra Señora de la Compasión ,
A los 22 días del mes de mayo, año MMVII de Nuestro Señor Jesucristo.
INOCENTIVS XIV PP.

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