“¡Oh
Dios!, de quien recibió Judas el castigo de su pecado, y el ladrón el
premio de su confesión: concédenos el efecto de tu clemencia; para que
así como nuestro Señor Jesucristo, en su Pasión, dió a ambos el diverso
galardón de sus méritos, así también, destruido el hombre viejo, nos
conceda la gracia de su resurrección”. (Oración de la Santa MisaIn coena Domini)
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